Mostrando su valentía y apego a la justicia divina, Muammar al Gaddafi, líder de la revolución Libia, asesinado vilmente por los mercenarios de la OTAN, anunciando su desmerecido destino logró escribir una carta donde manifestó su último deseo.
En primera instancia dejó ver su compromiso irrenunciable con su creencia religiosa al jurar que para él “no hay otro Dios que Alá y que Mahoma es el Profeta de Dios, la paz sea con él”.
Vislumbrando su futuro el líder africano expresó ”de ser asesinado, me gustaría ser enterrado, de acuerdo con los rituales musulmanes, en la ropa que llevaba en el momento de mi muerte y con mi cuerpo sin lavar, en el cementerio de Sirte, al lado de mi familia y mis parientes”.
Muammar al Gaddafi fue un hombre que siempre mostró ser muy apegado a su familia y en esa carta dejo ver un pedimento donde buscaba la protección de la misma y particularmente solicitó el respeto para las mujeres y niños, cosas que sabemos no fueron respetadas por los interesados pagados por las fuerzas imperiales.
Este gran hombre que llegó a posicionar a Libia como el país con mayor progreso social, educativo y educativo de todo el continente africano, también le dejó un mensaje para ellos.
“El pueblo libio debe proteger su identidad, sus logros, la historia y la imagen honorable de sus antepasados y sus héroes. El pueblo libio no debe renunciar a los sacrificios de los mejores pueblos libres. Pido a mis partidarios a continuar la resistencia, y a luchar contra cualquier agresor extranjero contra Libia, hoy, mañana y siempre.
Finalmente el dirigente africano dio a conocer a través de esta misiva que fue exhortado a negociar con los invasores a lo que su respuesta fue contundente. “Hemos recibido muchas ofertas para este efecto; pero optamos por estar a la vanguardia de la confrontación como insignias del deber y del honor. Incluso si no ganamos inmediatamente, vamos a dar una lección a las generaciones futuras: la decisión de proteger a la nación es un honor y venderse es la traición más grande que la historia recordará para siempre a pesar de los intentos de quienes digan lo contrario. No quiero morir, pero si así ocurre, por salvar a esta tierra, a mi pueblo, y a todos los miles que son todos mis hijos, entonces que así sea…”
Con estas palabras sólo me quedaría por preguntar ¿cuántos venezolanos y venezolanas estarían dispuestos a entregar todo a cambio de recibir una muerte deshonrosa?
Les pido de corazón que la respuesta no la expresen, simplemente demuestren con hechos su compromiso con la revolución, con la patria y con ustedes mismos, para ello les pido hacer lo posible y lo imposible porque nuestro líder, Hugo Rafael Chávez Frías permanezca al frente de nuestra gran revolución bolivariana.
Edward Pulgar Emonet